Juan Bautista Bustos marcó un hito en la historia política argentina como el primer gobernador de Córdoba elegido por voto popular en 1820, en la primera elección democrática del país.
Más que un caudillo tradicional, Bustos tuvo una base sólida en la población rural que representaba el 85% de la provincia. Durante su mandato, impulsó una profunda reforma educativa, creando la Junta Protectora de Escuela para mejorar la infraestructura, salarios y supervisión de maestros en cada curato.
Bustos nació en Punilla, Córdoba, y tuvo destacado rol militar. Fue capitán en el Cuerpo de Arribeños durante las Invasiones Inglesas, ascendido luego a coronel mayor por sus méritos bajo el mando de Manuel Belgrano. Participó en el histórico “Motín de Arequito” en 1820, un levantamiento del Ejército Auxiliar del Norte para no intervenir en la guerra civil que desangraba al país.
Tras la Batalla de Cepeda que puso fin al poder central nacional, Bustos intervino para convocar un congreso federal en Córdoba, un proyecto que naufragó por la negativa de Buenos Aires de retirarse del Congreso. La tensión con el centralismo porteño definió su carrera política.
Como gobernador, Bustos sancionó la primera Constitución provincial, adelantada a su tiempo, con base humanista y sentido práctico. También reformó la universidad local, expandiendo los títulos académicos y actualizando su biblioteca, con un marcado interés en la formación militar y civil.
Su economía provincial se sustentaba en ganadería vacuna y ovina, el comercio y una agricultura básica para consumo local (trigo, maíz, ajíes y tabaco). Reglamentó los derechos aduaneros para fortalecer el comercio regional.
En 2010, Córdoba repatrió sus restos de Santa Fe para alojarlos en la Catedral local junto a José María Paz, adversario y compañero de lucha. Desde 2009 funciona el cuerpo de honor “Los Federales de Bustos”, con uniforme rojo y azul que recuerda su figura y legado.
El federalismo de Bustos representaba la voz rural frente al centralismo porteño y urbanista. Su liderazgo se sostuvo en vínculos personales y culturales con el interior, resistiendo las imposiciones nacionales y construyendo una identidad política bien definida.
Bustos murió en 1830 pero sigue siendo un referente en Córdoba, símbolo de la democracia incipiente y del impulso a la educación popular en tiempos turbulentos de las guerras civiles argentinas.
