El gobierno municipal de Gijón perdió 12 millones de euros en fondos Feder destinados a Cimavilla, generando protestas y críticas entre los grupos políticos locales.
Izquierda Unida pidió este sábado que el presupuesto de 2026 priorice la inversión en Cimavilla, uno de los barrios con más carencias de la ciudad. Su portavoz, Javier Suárez Llana, propuso aprovechar el traslado del Archivo Municipal a El Natahoyo para abrir un centro para personas mayores en los locales vacantes, ya sea en la plaza de la Soledad o la base de la Torre del Reloj.
IU también reclama aumentar el parque público de viviendas de alquiler asequible para frenar la subida de precios en un barrio que será declarado zona de mercado residencial tensionado. Suárez Llana anunció que formularán preguntas en la Comisión de Hacienda para exigir explicaciones sobre esta pérdida de fondos.
Por su parte, el secretario general del PSOE en Gijón recordó en un acto público que la pérdida de estos 12 millones es consecuencia de la «mala gestión» del actual equipo local, al que acusa de liderar «la decadencia de Gijón». García afirmó que esta falta de fondos se suma a otros fracasos que reducirán el legado municipal a un carril bici y promesas incumplidas.
Podemos también se sumó a las críticas. Su portavoz, Olaya Suárez, calificó como una «oportunidad perdida» el hecho de que Cimavilla no reciba esta inversión europea, esencial para mejorar la calidad de vida de los vecinos. Recordó las necesidades del barrio y pidió explicaciones urgentes ante el aplazamiento de inversiones que ahora deberán ser costeadas con fondos municipales.
El debate político se intensifica en torno a Cimavilla, un barrio con más de 550 residentes mayores de 65 años para los que IU había propuesto crear un espacio social destinado a combatir la soledad y fomentar hábitos saludables. La pérdida de los fondos supone un golpe directo a estas iniciativas y abre interrogantes sobre la capacidad del gobierno local para gestionar ayudas externas.
El traslado del Archivo Municipal a El Natahoyo, previsto para el segundo trimestre de 2026, aparece como una oportunidad clave para activar proyectos sociales y residenciales que podrían mitigar la crisis de vivienda y el envejecimiento de la población en el barrio.
Por ahora, la situación señalan las fuerzas políticas, exige un cambio inmediato en la gestión de fondos y prioridades municipales para no perder más oportunidades en zonas vulnerables de la ciudad.
