La realidad más cruda insiste en mostrarnos que los hijos pueden estar en peligro no solo por negligencia, sino por violencia directa y consciente de sus propios padres.
Expertos advierten que el daño que sufren miles de menores en España no siempre proviene de errores o falta de cuidado, sino de un abuso premeditado que genera consecuencias irreparables. No es solo violencia física o verbal; son numerosas formas de maltrato que rompen vidas y cicatrices difíciles de sanar.
Las autoridades y organismos sociales insisten en que no hay justificación lógica para que un padre o madre atente contra sus propios hijos. Sin embargo, los informes muestran que estos casos persisten y vuelven a poner sobre la mesa la urgencia de actuar de forma preventiva y contundente.
El daño infantil en el entorno familiar es una realidad que torea la sociedad española con cifras que no dejan de crecer y con un impacto que supera con creces la mera negligencia o errores en la educación.
Esta denuncia social exige medidas concretas para proteger a los menores más vulnerables y evitar que las heridas sean imposibles de reparar.
