Calabria vive su jornada electoral con mil cien millones de derecho a voto y un duelo que se da por casi decidido
Este domingo en Calabria, alrededor de 1,9 millones de italianos inscritos podrán votar para elegir al nuevo presidente regional en una elección donde la mayoría política anticipa una victoria casi segura para Giuseppe Occhiuto, actual gobernador apoyado por el centro-derecha. Su rival principal es Roberto Tridico, respaldado por la coalición de gobierno, pero la contienda no levanta demasiada preocupación en el oficialismo, donde el choque entre ambos se toma casi como un trámite.
Los votantes calabreses, divididos en tres circunscripciones que incluyen las provincias de Cosenza, Catanzaro, Crotone, Vibo Valentia, Reggio Calabria y sus alrededores, podrán elegir entre votar solo por un candidato a presidente, por un candidato junto con la lista electoral que lo apoya o solo por la lista, lo que automáticamente también suma votos para el aspirante presidencial de esa coalición. No se permite el voto cruzado, es decir, votar a un presidente de una lista y a una lista de otro candidato.
Además, los electores pueden expresar hasta dos preferencias para los candidatos al Consejo Regional, compuesto por 30 diputados más el presidente, siempre y cuando las preferencias sean de distinto sexo para validar ambas; de lo contrario, solo la primera será considerada. El conteo de votos comenzará inmediatamente después del cierre de urnas.
Un punto crucial en la dinámica del voto es la presencia de más de 400 mil calabreses inscritos en AIRE (registro de italianos residentes en el extranjero) y otros tantos que residen fuera de Calabria por trabajo o estudios. Debido a que la legislación electoral regional no permite votar en municipios distintos al de la residencia oficial, esta población debe desplazarse especialmente para votar, lo que históricamente contribuye a una baja participación, en torno al 44% en elecciones anteriores.
La derecha más preocupada por Puglia, Campania y Veneto que por Calabria
Mientras la atención de la coalición de centro-derecha sigue centrada en consolidar el triunfo en Calabria, la preocupación real está puesta en la selección de candidatos para las regiones de Puglia, Campania y Veneto. El partido que más presión siente es Forza Italia, que debate las candidaturas junto a la Liga y Fratelli d’Italia.
En un intento por resolver estas candidaturas, la primera ministra convocó reuniones con Matteo Salvini y Antonio Tajani en un lugar “neutral”, fuera de Palazzo Chigi, buscando evitar tensiones públicas. Inicialmente se consideró la opción de presentar candidatos civiles, independientes, pero tras algunos sondeos encargados a Alessandra Ghisleri, esta vía parece haber perdido fuerza.
El eurodiputado de Forza Italia, Fulvio Martusciello, declaró que están a la espera de un último sondeo que será decisivo para confirmar si los votantes prefieren candidaturas de perfil político o más independientes. De no prosperar la opción de los candidatos civiles, se espera que en Campania vuelva a destacarse la figura de Edmondo Cirielli, viceministro de Exteriores por Fratelli d’Italia, como rival del presidente saliente Roberto Fico.
En Puglia, la retirada reciente del diputado de Forza Italia, Mauro D’Attis, aparentemente despeja el camino para que el exmilitar y diputado Luigi Lobuono compita contra el actual alcalde de Bari, Antonio Decaro, apoyado por la izquierda. En Veneto, el escenario está más claro: el favorito para suceder al gobernador Salvatore Zaia es el lealista de la Liga Alberto Stefani, vicepresidente del partido.
Adolfo Urso, ministro para las Imprese y el Made in Italy, enfatizó la importancia de que cualquier candidato apoyado por la coalición, sea de la fuerza que sea, reconozca que el liderazgo regional en Veneto es propiedad de Fratelli d’Italia, dejando claro que la clave del poder regional reside en su partido.
Salvini espera un “mensaje muy fuerte” desde Calabria
El líder de la Liga, Matteo Salvini, se mostró optimista por el resultado en Calabria y afirmó que la jornada electoral enviará un “señal muy fuerte” al resto de Italia, una declaración que refuerza la percepción de que el centro-derecha confía en consolidar sus posiciones en el sur del país.
Durante su recorrido previo a la votación, Salvini se reunió con varios alcaldes de diferentes colores políticos, incluido uno de Villa San Giovanni quien recurrió a la justicia por el retraso en la construcción del nuevo puente pero se mostró expectante frente a proyectos locales pendientes, como el puerto y la recuperación del malecón.
El líder del Carroccio también visitó el área del aeropuerto de Reggio Calabria, donde se trabaja en una autopista conectiva que llevan pendientes 15 años y que podría mejorar significativamente la infraestructura local. Salvini subrayó que más allá de la campaña, la discusión política en Calabria gira en torno a la concreción de obras e inversiones pendientes.
Implicaciones para la política regional y nacional
Las elecciones regionales en Calabria no solo definirán la gobernabilidad local sino que también serán un barómetro para las fuerzas políticas antes de las elecciones generales italianas. La capacidad del centro-derecha para mantener Calabria, junto con una estrategia sólida en Puglia, Campania y Veneto, será clave para proyectar fuerzas en todo el país.
El Gobierno de Meloni ha mantenido una estrategia para privilegiar la unidad de la coalición en estas regiones, evitando fracturas internas que podrían favorecer a la oposición. La tensión para lograr candidaturas viables y competir contra el centroizquierda es alta, y el desenlace en estas tres regiones marcará la potencia política de la coalición oficialista en el próximo ciclo electoral.
En resumen, mientras Calabria parece resolverse con una victoria probada por Occhiuto y la derecha, la lucha por liderar Puglia, Campania y Veneto sigue abierta y será decisiva para confirmar el mapa político italiano en los próximos años.
