El cáncer de mama dejó de ser sinónimo de pérdida total de la mama. Hoy, gracias a la detección temprana y el trabajo multidisciplinario, muchas pacientes acceden a tratamientos menos agresivos y pueden conservar el tejido mamario.
Diversos estudios confirman que en etapas iniciales del cáncer, una cirugía parcial acompañada de radioterapia da resultados similares a una mastectomía completa, pero con menos impacto físico y emocional para la paciente.
El factor decisivo es el diagnóstico oportuno. Las mamografías periódicas, según edad y riesgo, son la herramienta clave para detectar el cáncer a tiempo y evitar tratamientos invasivos que alteran profundamente el cuerpo de la mujer.
Los expertos advierten que no basta con detectar un tumor. Se deben realizar estudios adicionales para conocer sus características específicas, si responde a hormonas o si hay factores genéticos. Las decisiones sobre el tratamiento deben enfocarse desde distintas especialidades.
Un equipo multidisciplinario que incluya oncólogos clínicos, cirujanos, radiólogos, genetistas, cirujanos plásticos y psicólogos garantiza una atención integral. Este enfoque permite decidir con precisión si una paciente puede conservar su mama, recibir quimioterapia previa o acceder a reconstrucción inmediata.
El cirujano oncólogo responsable del informe señala que en muchos casos aún se hacen diagnósticos incompletos y se ofrecen mastectomías sin explorar todas las alternativas posibles, dejando de lado la calidad de vida de la paciente.
No todas las mujeres podrán conservar su mama, pero la reconstrucción inmediata debe ser una opción accesible y considerada desde el principio, no un privilegio o un añadido tardío.
El cáncer de mama exige precisión, respeto y humanidad para el tratamiento. La detección temprana, los exámenes completos y el manejo en equipo no son lujos, sino la base para un tratamiento efectivo y menos traumático.
