El cáncer de mama en España presenta actualmente una supervivencia a 5 años del 83%, cifra que escala a más del 99% cuando se detecta en fase localizada, según explica el Dr. Jaume Fernández Ibiza, coordinador de oncología radioterápica en Genesiscare Clínica Corachan.
Esta tasa se equipara e incluso supera en algunos casos a la del cáncer de próstata, otro tumor frecuente con altos índices de supervivencia en nuestro país. El logro está ligado a la detección precoz y a los avances terapéuticos en las últimas décadas.
“El cáncer de mama no es uniforme: en mujeres jóvenes suele presentarse de forma más agresiva y biológicamente desfavorable”, advierte Fernández Ibiza. Aunque la mayoría de los casos se diagnostican entre los 50 y 60 años, el tumor puede aparecer en edades tempranas y, también, en hombres, aunque estos representan menos del 1%.
El programa nacional de cribado ofrece mamografías cada dos años entre los 50 y 69 años, una estrategia que ha demostrado reducir la mortalidad. Sin embargo, la incidencia está subiendo en mujeres menores de 50, lo que abre la discusión sobre la ampliación de la franja de cribado.
El oncólogo insiste en que el cribado no sustituye la consulta clínica anual y recomienda controles más tempranos y específicos para mujeres con alto riesgo, como portadoras de mutaciones BRCA, antecedentes familiares fuertes o tratamientos radioterápicos previos.
Tipos y tratamientos
El cáncer de mama se clasifica por su origen anatómico -ductal o lobulillar- y por su biología molecular: luminal (receptores hormonales positivos), HER2 positivo y triple negativo. Esta última es la forma más agresiva, común en mujeres jóvenes.
Los tratamientos combinan cirugía conservadora o mastectomía, radioterapia y terapias sistémicas que varían según el subtipo. Innovaciones como la radioterapia ultrahipofraccionada en 5 días (protocolo FAST-Forward) y la irradiación parcial de mama ya son estándar en pacientes seleccionadas.
También destaca el uso personalizado de hormonoterapia, terapias anti-HER2, quimioterapia, inhibidores CDK4/6, inhibidores PARP para portadoras BRCA, inmunoterapia y anticuerpos conjugados. Estos avances han permitido reducir tratamientos invasivos y mejorar la calidad de vida.
Prevención y atención individualizada
No existe prevención total del cáncer de mama. Mantener un peso saludable, realizar actividad física constante, limitar alcohol y evitar tabaco reducen el riesgo. Factores hormonales, como uso prolongado de terapias o historia reproductiva, también influyen y deben evaluarse individualmente.
La autoexploración y vigilancia médica temprana son clave en mujeres jóvenes fuera del programa de cribado. Cambios en la mama como bultos, retracciones o secreciones deben consultarse sin demora.
Además, el asesoramiento genético es crucial en mujeres con antecedentes familiares o mutaciones como BRCA1/2, que representan entre el 5 y 10% de los casos. Estos perfiles requieren seguimiento y prevención específica.
En resumen, España mantiene altas tasas de supervivencia en cáncer de mama gracias a la detección precoz, tratamientos avanzados y un manejo personalizado, pero el aumento en diagnósticos en mujeres jóvenes obliga a reforzar la prevención y el diagnóstico temprano.
