Husamettin Dogan, exobrero de 43 años, llegó cojeando y apoyado en una muleta torcida al tribunal de Nîmes este lunes para enfrentar el juicio en apelación por el caso de violación múltiple ocurrido en Mazan.
Dogan es el último de los más de 50 acusados del juicio original condenado hace un año. Mientras los otros se conformaron con las sentencias, el turco decidió apelar su condena a nueve años de prisión, esperando que un nuevo jurado popular reduzca su pena.
El caso gira en torno a la violación de Gisèle Pelicot, drogada e inconsciente, en su domiclio en Mazan. El crimen fue cometido con la complicidad de su marido, Dominique Pelicot, a quien le impusieron veinte años de reclusión en diciembre del año pasado.
Dogan llegó ante el tribunal libre, pues cumplió apenas 16 meses de detención provisional al inicio del proceso y tiene un mandato de depósito diferido. En la audiencia declaró:
“Niego la intención”, clamó Husamettin Dogan delante del tribunal de apelación.
El juicio, previsto para tres días, se centra en evaluar si hubo intención deliberada y en examinar el grado de participación de Dogan en el crimen.
El caso Mazan sigue siendo uno de los procesos más mediáticos por delitos sexuales en la región de Gard. La investigación y los juicios previos expusieron una red compleja con más de cincuenta implicados, todos juzgados por su papel en las agresiones.
El tribunal de Nîmes decidirá en los próximos días si confirma o reduce la condena a Dogan, mientras que las sentencias sobre los otros involucrados ya están firmes y se ejecutan.
Las violaciones ocurrieron bajo circunstancias extremas, con la víctima drogada y sin capacidad de defensa, un detalle clave en la condena inicial y en la apelación actual.
Permanecemos atentos a la evolución del juicio, que marca un nuevo capítulo para un caso que conmocionó a toda la región y renovó el debate sobre la justicia en delitos sexuales colectivos.
