El Ayuntamiento de Málaga ha extinguido las últimas 25 licencias de coches de caballos para paseos turísticos, medida anunciada en enero por el alcalde durante el Debate del Estado de la Ciudad.
La revocación de estas licencias responde a que la actividad del servicio no es compatible con la seguridad y salubridad urbanas, ni para los usuarios ni para los animales, según fuentes municipales. Las licencias extinguidas representan el remanente tras una eliminación progresiva desde 2016, cuando ya se rescataron 30 de las 55 inicialmente otorgadas.
Los titulares de las licencias serán indemnizados con un total de 125.380,48 euros por licencia, una cifra establecida en un informe de valoración elaborado en febrero por la firma R&L Auditores. Según el Ayuntamiento, el pago ya se ha realizado.
Esta decisión también afecta al espacio público: hoy se ha retirado la señalización vertical que reservaba plazas de aparcamiento para estos coches en zonas clave de la ciudad, como Cortina del Muelle, Paseo de los Curas y avenida Cervantes. Los dos últimos se han reconvertido en espacios para motos.
El Partido Animalista PACMA ha celebrado el fin de este servicio tras más de diez años de campañas y denuncias. Resaltan que Málaga puede convertirse en un referente ético en el bienestar animal y piden a otras ciudades andaluzas, incluyendo Sevilla y Córdoba, que sigan su ejemplo.
“La retirada progresiva de los coches de caballos es una medida tan necesaria como inevitable,” afirmó PACMA, que también ha solicitado que los animales retirados sean cedidos a santuarios.
Este cambio llega tras una larga regulación iniciada en 2015, que estableció licencias con un plazo máximo de 20 años, inicialmente vigentes hasta 2035. La municipalidad había autorizado rescates y amortizaciones parciales con indemnizaciones en los años previos para ir eliminando esta práctica.
La medida rescata espacios para movilidad más moderna y reduce riesgos asociados al tráfico con animales en el centro de Málaga. Los coches de caballos, emblemáticos del turismo tradicional, dejan de circular definitivamente, cerrando un capítulo en el desarrollo de la ciudad.
