Dos años después del inicio del conflicto en Gaza, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) publicó un balance devastador: más de 66.100 muertos, entre ellos 18.430 niños, y una población atrapada en medio de la guerra, el hambre y el colapso de servicios básicos.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, el número de fallecidos supera los 67.000, y casi toda la población ha sido desplazada, muchos en más de una ocasión. El 80 % de las infraestructuras están dañadas o destruidas, y 845 personas murieron refugiadas en escuelas o centros de UNRWA, que ahora albergan a cerca de un millón de desplazados.
La agencia humanitaria ha perdido a más de 370 trabajadores, en su mayoría por ataques indiscriminados del ejército israelí, mientras que menos del 40 % de los hospitales funcionan parcialmente y solo cuatro de 22 centros de salud de UNRWA permanecen abiertos. En el último año se han registrado más de 790 ataques contra personal médico, pacientes y hospitales.
La crisis sanitaria se agrava con brotes de infecciones respiratorias, diarrea, sarna, meningitis, tuberculosis y el síndrome de Guillain-Barré. Más de 277.100 niños menores de cinco años han sido examinados por desnutrición. En Gaza se declaró la hambruna en la ciudad homónima y se expande hacia Deir el-Balah y Jan Yunis.
UNRWA denunció que desde marzo de 2025, cuando comenzó el bloqueo israelí, no ha podido recibir alimentos. A finales de abril, se quedó sin reservas, aunque tiene productos retenidos afuera. Al menos 455 personas han muerto por desnutrición, entre ellas más de 150 niños, y más del 98% de los cultivos están dañados o inaccesibles.
La infraestructura vital está casi destruida: el 90 % del sistema de agua y saneamiento está fuera de servicio, medio millón de mujeres y niñas carecen de productos de higiene menstrual, tres de cada cinco hogares no tienen jabón, y el 40 % vive junto a vertederos sin recoger. La educación también colapsó: 660.000 niños no asisten a clase por tercer año consecutivo, el 92 % de los colegios y el 90 % de las escuelas de UNRWA necesitan reparación urgente.
El conflicto comenzó el 7 de octubre de 2023 con ataques de Hamas que dejaron unas 1.200 víctimas en Israel, desencadenando una ofensiva israelí masiva sobre Gaza. UNRWA sigue operando a pesar de las limitaciones impuestas por Israel, que bloquea su actuación en territorios israelíes y obstaculiza el trabajo en Gaza y Cisjordania bajo la acusación de vínculos de algunos empleados con Hamas.
El enfrentamiento sigue dejando civiles en medio de la peor crisis humanitaria, mientras Catar afirma que la entrega de rehenes podría significar “el fin de la guerra” y Hamas ha anunciado la entrega de armas a un comité egipcio-palestino, rechazando una gestión internacional para Gaza.
Este balance confirma que la guerra no solo arrasó con vidas y hogares, sino que mantiene a Gaza al borde del colapso total en servicios básicos, salud, alimentos y educación.
