El pequeño pueblo de Vaudreuille (385 habitantes), en el corazón de la Haute-Garonne, se convertirá en un auténtico enclave franco-québécois los días 11 y 12 de octubre. Aquí, el tiempo se detendrá para regresar a los siglos XVII y XVIII y rendir homenaje a uno de sus hijos más ilustres: Philippe de Rigaud de Vaudreuil, el primer gobernador general de la Nueva Francia en Canadá.
Este evento inédito, llamado Seigneuriales, marca los 300 años desde la muerte de Vaudreuil y, según el alcalde Jean Lagoutte, es “un momento histórico, lúdico y festivo” para que tanto los locales como visitantes se sumerjan en la historia. “No podíamos dejar pasar esta fecha”, afirmó.
Nacido en 1650 en el castillo de Vaudreuille, Philippe fue un noble proveniente de una familia del Languedoc que emigró a Canadá tras una carrera militar en Flandes. Allí logró consolidar alianzas con pueblos originarios como los iroqueses y hurones, hasta ganarse su respeto incluso en la muerte en 1725, lo que atestigua la estrecha conexión que mantuvo.
Su esposa, Elizabeth de Joybert, una mujer con fuerte personalidad que desde joven acompañó su vida entre Francia y Canadá, también será protagonista del festival. La pareja tuvo 12 hijos, casi todos militares, uno de ellos el último gobernador canadiense de la familia.
Durante el fin de semana, el centro de Vaudreuille se transformará con un mercado artesanal, recreaciones de oficios antiguos y campamentos iroqueses. Podrán verse a los Mousquetaires du Roy y a las Troupes de la Nouvelle-France paseando entre stands que rememoran esta época. “El Laudot hará las veces del río Saint-Laurent”, bromeó Claude Gambini, presidente del comité organizador.
El castillo abrirá sus puertas para una representación teatral escrita por Christel Larrouy que narra momentos de la época de Vaudreuil y los iroqueses. La obra será interpretada por amateurs y alumnos de la escuela local. También habrá demostraciones de danza tradicional que se esperan muy participativas.
La iglesia acogerá a la agrupación Sympa gospel group y en el campo cercano se podrá disfrutar del “Sueño amerindio”, un espectáculo ecuestre con luces y pirotecnia inspirado en las visiones chamánicas de las Primeras Naciones.
El sábado culminará con una procesión de antorchas hacia la chapelle Saint-Martin, una de las joyas restauradas recientemente, donde se leerán oraciones iroquesas y discursos en honor a Vaudreuil. La noche cerrará con un banquete franco-québécois ante el castillo, con plazas limitadas.
El domingo incluye un desfile en el lago Saint-Ferréol y un concurso de disfraces históricos abiertos a todos, con vestimenta desde el siglo XVII hasta principios del XX. Los niños tienen preparadas actividades como búsquedas del tesoro y juegos. La idea es que el pueblo entero se vista para la ocasión y reviva esta página olvidada de su historia.
La entrada es gratuita y el evento funcionará de 10 a 18 horas ambos días. La organización pondrá a disposición puntos de comida típica, desde barbacoas hasta auténticas “cabanes à sucre” de Quebec.
Este festival es un raro puente cultural que conecta Francia con sus raíces coloniales en América del Norte, recordando que Vaudreuille dio a dos gobernadores a la Nueva Francia, un dato poco conocido fuera del pueblo.
Para reservas en el banquete o más información, la municipalidad ha habilitado un número de contacto y presencia activa en redes sociales, donde compartirán el transcurrir de las Seigneuriales.
