Lincoln E. Bobb, subdirector del Departamento de Comercio de las Islas Vírgenes, defendió esta semana la política que obliga a los solicitantes de licencias comerciales en ciertos sectores a demostrar experiencia profesional.
Bobb explicó en el programa Talking Points que la medida es para proteger al público y garantizar servicios de calidad. “Si damos licencia a alguien sin la cualificación necesaria, pueden ocurrir accidentes graves, como edificios que se caen,” dijo.
El presentador Damion Grange cuestionó si el requisito no limita el crecimiento económico al bloquear a inversionistas sin experiencia directa. Bobb respondió que el inversionista puede ser quien aporte el capital, pero debe emplear a alguien calificado que realice el trabajo.
“Usted puede ser el inversor, pero debe haber dentro de su empresa alguien con las habilidades para cumplir con el estándar requerido,” aclaró Bobb.
Grange también advirtió sobre el riesgo de discriminación o abuso de autoridad en la evaluación de solicitudes. Bobb, originario de Trinidad y Tobago y poco conocido en la comunidad local, aseguró mantener la objetividad al revisar licencias, pese a críticas recientes por su puesto en el gobierno local.
El funcionario reconoció las preocupaciones del sector empresarial y afirmó que el departamento sigue trabajando para estimular el crecimiento económico sin sacrificar la seguridad.
La medida es objeto de debate público en las Islas Vírgenes, donde algunos exigen que cargos clave sean ocupados por nativos (BVIslanders) que defiendan mejor los intereses locales. Bobb defiende su gestión y el marco regulatorio que supervisa.
