La jueza colombiana Marienela Cabrera Mosquera está en el centro de una polémica nacional por haber publicado videos bailando en TikTok, lo que ha generado una oleada de críticas que ella misma define como un “juicio moral”.
Cabrera, de 47 años, con una trayectoria judicial impecable y madre de tres hijos, fue denunciada anónimamente por supuestamente violar el decoro profesional. Sin embargo, la jueza ha dejado claro que nada en su comportamiento afecta su imparcialidad ni su capacidad para administrar justicia.
La controversia abre un debate sobre el doble estándar que enfrentan las mujeres en la vida pública. Mientras que a un juez hombre que mostrara semejante actitud en redes se le valoraría como cercano y moderno, a Cabrera se le tilda de “impropia” e “indigna”.
Expertos en ética pública señalan que la Constitución protege el libre desarrollo de la personalidad y que los funcionarios judiciales deben limitarse a no hacer activismo político o violar el secreto profesional durante su trabajo, pero no a renunciar a su vida personal ni a expresarse en redes sociales.
“¿Puede un baile afectar la imparcialidad de una jueza? No”, sostuvo la jueza. Además, apuntó que la verdadera crisis en la confianza ciudadana radica en la corrupción, las demoras judiciales y la politización de la justicia, no en un vídeo viral.
En Colombia, la indignación por el baile en TikTok contrasta con la pasividad ante escándalos de corrupción con millones de pesos involucrados. Esto revela un doble criterio: dureza con lo trivial y permisividad con lo grave.
Cabrera representa una crítica abierta al moralismo selectivo que se usa para controlar comportamientos que no encajan en esquemas tradicionales, particularmente con mujeres públicas. La jueza pidió reconocer que detrás del despacho judicial hay también un ser humano con derecho a la alegría y la espontaneidad.
Por ahora, el caso sigue en discusión pública y pone en evidencia la resistencia social a aceptar que el ejercicio de la justicia y la autenticidad personal pueden coexistir sin dañarse mutuamente.
