Medellín vive una escalada de tensión política tras el choque público entre Gustavo Petro y Rodolfo “Fico” Gutiérrez por los disturbios que se presentaron durante manifestaciones recientes.
Las protestas, que comenzaron como movilizaciones pacíficas en varios sectores de la ciudad para exigir mejoras sociales y responder a reclamos locales, derivaron en disturbios que han encendido el debate político en la capital antioqueña.
Petro responsabilizó a sectores opositores, incluidos seguidores de Fico, de fomentar violencia para deslegitimar las demandas sociales. Por su parte, Gutiérrez señaló que las autoridades y el gobierno nacional tienen la culpa por la falta de control y la escalada en los enfrentamientos.
Este intercambio ha profundizado la polarización en Medellín, donde las marchas continúan generando división entre la ciudadanía y los líderes políticos. Mientras tanto, las autoridades locales trabajan en contener los desórdenes y restablecer el orden.
El conflicto entre ambos dirigentes refleja el clima político nacional, donde las palabras y acciones tienen un impacto directo en la estabilidad social de las ciudades más importantes del país.
