La Organización de Naciones Unidas anunció que reducirá un 25 % sus efectivos en misiones de mantenimiento de paz en varios países sensibles. La medida implica la salida de entre 13.000 y 14.000 cascos azules debido a una grave falta de fondos.
Fuentes cercanas señalan que los atrasos en las contribuciones financieras, especialmente por parte de Estados Unidos, son un factor clave en esta decisión. Este recorte es uno de los mayores en la historia reciente de la ONU y podría afectar la estabilidad y la seguridad en regiones donde sus fuerzas operan.
La ONU depende de los aportes voluntarios de sus países miembros para financiar estas operaciones, pero la mora y reducción en el pago han imposibilitado sostener el nivel actual de personal. El cambio se hará efectivo en las próximas semanas.
El impacto en Colombia es indirecto, pero relevante, dado que múltiples zonas del planeta en conflicto reciben apoyo internacional de estas tropas. La reducción abre la puerta a un aumento de riesgos en zonas de tensión global.
Aunque no se han revelado todos los destinos específicos afectados, fuentes diplomáticas advierten que el recorte no discriminará por región y significará menor presencia en áreas conflictivas de África y Medio Oriente.
Hasta ahora la ONU no ha dado una cifra oficial del monto de déficit, pero el hecho de tener que retirar a miles evidencia una crisis financiera profunda que pone en duda el futuro inmediato de sus misiones más delicadas.
En Colombia, este recorte también encendió alertas entre sectores de defensa y cooperación internacional, preocupados por el efecto directo en el sistema global de paz y seguridad.
Esta decisión llega en un momento de fuertes tensiones políticas y económicas internacionales, donde la falta de voluntad política para sostener los compromisos multilaterales se refleja en estas consecuencias concretas.
