Una familia francesa de Lavérune vivió un calvario en el aeropuerto de Toulouse a finales de agosto tras ser excluida del vuelo de regreso desde Mallorca pese a tener billetes, equipaje facturado y elegir sus asientos pagando suplemento.
La madre relató que llegaron con 15 a 20 minutos antes del cierre del embarque, mostraron sus pases y una azafata les dijo «la puerta está cerrada» sin dar explicaciones. Luego, la despidieron con un brusco «basta, váyanse», aunque la puerta no estaba cerrada oficialmente.
La familia intentó primero recuperar sus maletas, que ya estaban en la bodega del avión. Gracias a una agente que hablaba bien francés consiguieron que las sacaran y luego intentaron comprar nuevos billetes. Ryanair les respondió que estaban en situación de sobreventa y que debían llegar muy temprano para tener chances. Volotea también les negó lugares.
Finalmente, tuvieron que comprar nuevos billetes con 48 horas de retraso, pasando dos noches en hoteles a su cargo junto a gastos extras en taxis y comidas. Denunciaron a Easyjet por correo, pero la aerolínea respondió lacónicamente negando cualquier problema de sobreventa o error en ese vuelo.
La familia afirmó sentirse «borrada» y «tratada como basura», con la única intención de Easyjet de evitar su responsabilidad. En Francia, el abogado experto en transporte aéreo David Guyon explicó que la regulación europea obliga a indemnizar en casos de denegación de embarque injustificada, pero que los pasajeros deben probar el caso con evidencias como correos o testigos, lo que aquí falta.
El episodio expone una práctica común en aerolíneas de bajo costo como Easyjet, donde la sobreventa es frecuente para maximizar beneficios. Esto a menudo deja pasajeros bloqueados en aeropuertos sin explicación ni solución rápida, y con mediación o litigio como únicos caminos legales.
Representantes de asociaciones de consumidores recuerdan que se puede acudir gratuitamente a mediadores o a organizaciones como UFC Que Choisir para reclamar, aunque la vía judicial en Francia es poco usada para estos casos.
Desde el sector legal, se subraya la necesidad de educar a pasajeros para evitar que se repitan estas situaciones, pero el modelo low cost y las reglas de slots en aeropuertos siguen complicando la experiencia. El resultado: viajes truncados y familias atrapadas en largas esperas sin culpa ni coberturas.
Easyjet se limitó a señalar que tras estudiar el caso no detectaron sobreventa y rechazaron su reembolso, sin aclarar el motivo real del veto en la puerta ni responder al trato displicente del personal de vuelo implicado.
Un nuevo llamado para los pasajeros: llegar temprano no siempre garantiza embarque cuando las aerolíneas aplican la política agresiva de sobreventa y no asumen responsabilidad.
