El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el 8 de octubre el despido de un diplomático, acusado de ocultar su relación sentimental con una mujer ligada al Partido Comunista Chino (PCC).
Según un comunicado del portavoz Tommy Pigott, el caso fue revisado personalmente por el presidente Donald Trump y el secretario de Estado Marco Rubio, quienes confirmaron que el diplomático admitió haber encubierto su vínculo amoroso con la ciudadana china vinculada al régimen comunista.
El Departamento de Estado no reveló el nombre ni el cargo exacto del agente afectado, pero recalcó que bajo la dirección de Rubio aplicarán una política de “tolerancia cero” contra cualquier empleado que comprometa la seguridad nacional.
Por su parte, Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, evitó profundizar en el asunto, calificándolo como “una cuestión interna estadounidense”, y acusó a Washington de difamar a China con prejuicios ideológicos.
Crece la alarma por la influencia y la represión transnacional del PCC
Este despido se enmarca en las crecientes preocupaciones en Estados Unidos sobre la influencia que el PCC ejerce fuera de sus fronteras. La práctica se conoce como represión transnacional y ha generado alertas en legisladores y agencias que buscan contrarrestar campañas de intimidación y desinformación.
El representante republicano por Iowa, Zach Nunn, afirmó el mes pasado que China lleva a cabo “operaciones de guerra política” destinadas a intimidar a ciudadanos estadounidenses en territorio nacional. Nunn exigió que el gobierno responsabilice públicamente a Pekín por estas acciones.
En los últimos meses, se han documentado múltiples casos de acosamiento institucional contra agrupaciones en EE.UU., como la persecución de practicantes de Falun Gong y ataques a espectáculos culturales asociados, como los de la compañía Shen Yun Performing Arts con sede en Nueva York.
Estas campañas incluyen amenazas de atentados, desinformación en medios, difamación en redes sociales y procesos legales maliciosos contra opositores del régimen chino. La creciente tensión es una señal clara de que el gobierno estadounidense endurece su postura ante la expansión del PCC.
El despido del diplomático se suma a una serie de medidas destinadas a proteger la integridad de los funcionarios americanos y frenar la influencia extranjera en asuntos sensibles de seguridad nacional.
