Neíser Villarreal fue la figura del partido que le dio a Colombia Sub-20 su pase a los cuartos de final del Mundial juvenil tras vencer 3-1 a Sudáfrica.
El joven atacante colombiano anotó un doblete fundamental para asegurar la victoria, pero fue su celebración la que causó impacto. Visiblemente emocionado, Villarreal dedicó sus goles a la memoria de su padre, quien fue asesinado. En lágrimas, dejó claro que su esfuerzo en la cancha tenía un significado más allá del deporte.
El partido se jugó con alta intensidad. Colombia tomó ventaja y Villarreal no solo marcó, sino que también inspiró a sus compañeros con una entrega total. Gracias a este triunfo, el equipo nacional avanza en el torneo mundialista, esperando rival en la siguiente fase.
Este gesto del joven promesa, recogido por el Diario del Cauca, pone en contexto los desafíos personales que enfrentan muchas figuras del deporte en Colombia mientras representan al país ante el mundo.
La selección Sub-20 ahora se prepara para continuar su camino en el torneo con la motivación intacta y la memoria de Villarreal haciendo eco en sus pasos. La historia de este jugador va más allá de los goles: es un acto de resistencia y homenaje en medio de una tragedia familiar.
