La Defensoría del Pueblo denunció una grave crisis humanitaria en el Bajo Calima, Valle del Cauca, y en el sur de Bolívar, causada por enfrentamientos armados entre disidencias de las FARC, el ELN y el Clan del Golfo.
Según un comunicado emitido hoy, más de 1.400 personas de la comunidad afrodescendiente de La Colonia, en el Bajo Calima, viven bajo un confinamiento prolongado y enfrentan riesgo inminente de desplazamiento. La situación en el sur de Bolívar tampoco mejora, donde la disputa entre las mismas organizaciones ha convertido a la Serranía de San Lucas en un “epicentro de violencia generalizada”.
La Defensoría comprobó en terreno ejecuciones selectivas, desapariciones forzadas, reclutamiento de menores, violencia sexual y ataques con drones. Además, grupos armados ilegales ocupan viviendas y bienes civiles, afectando directamente la convivencia y la seguridad de las comunidades.
En lo que va del año, el Magdalena Medio ha registrado 27 emergencias humanitarias, incluyendo 15 desplazamientos masivos y 12 confinamientos, afectando a un total de 15.240 personas. Las principales víctimas son afrodescendientes, indígenas y campesinos, con mujeres, niños y adultos mayores sufriendo las violaciones más graves.
“Durante los últimos días, hemos verificado el grave deterioro de la situación humanitaria y de derechos humanos… donde la persistencia del conflicto y la débil presencia estatal ha provocado graves afectaciones”, dijo la Defensoría.
El organismo hizo un llamado urgente a todos los actores armados para cesar hostilidades “de inmediato” y exigió al Gobierno activar mecanismos de respuesta humanitaria, reforzar la presencia institucional y garantizar condiciones para el retorno seguro de las comunidades.
La región continúa atrapada en la lucha por el control territorial que mantiene paralizados a miles, mientras el Estado sigue sin poder asegurar la protección básica en estas zonas afectadas por años de violencia.
