El presidente francés, Emmanuel Macron, ha vuelto a nombrar a Sébastien Lecornu como primer ministro este viernes, apenas cuatro días después de que Lecornu presentara su dimisión.
La renuncia llegó tras una oleada de críticas desde la oposición a la composición del nuevo Ejecutivo que Lecornu puso en marcha tras su nombramiento inicial. Sin embargo, Macron ha optado por mantener al mismo dirigente al frente del Gobierno, buscando estabilidad en un momento complejo.
Este movimiento ocurre en medio de crecientes tensiones políticas y un Parlamento dividido, donde la capacidad para formar coaliciones estables sigue siendo un desafío. La dimisión previa de Lecornu fue interpretada inicialmente como un intento de responder a las presiones políticas, pero Macron insiste en que su continuidad es clave para avanzar.
Hasta ahora, ni el propio Lecornu ni el Palacio del Elíseo han detallado los cambios que implicará este segundo mandato, aunque la oposición ya se prepara para reactivar sus críticas sobre la gestión del Gobierno.
Con este relevo exprés, Macron evita una crisis institucional mayor y continúa con la estrategia de mantener un Ejecutivo alineado con sus políticas, aunque enfrenta fuerte resistencia en el hemiciclo.
