Daiana Mendieta, la joven de 22 años encontrada en un pozo de diez metros, no murió por un disparo como se sospechaba inicialmente, sino a causa de un violento traumatismo en la nuca, confirmó la autopsia oficial.
El hallazgo fue clave para la investigación del femicidio. Las primeras versiones hablaban de un posible disparo, pero el informe forense descartó esa hipótesis y concluyó que la causa de muerte fue un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza.
La policía detuvo a un hombre, señalado como principal sospechoso del crimen. La investigación sigue en curso, pero esa persona permanece bajo custodia mientras se recolectan más pruebas para esclarecer el caso.
Daiana fue encontrada sin vida enterrada en un pozo de alrededor de diez metros, un lugar que generó sospechas desde el principio por la dificultad para acceder y las señales de violencia en el cuerpo. El episodio conmocionó a la comunidad y puso el foco nuevamente en la lucha contra los femicidios en Argentina.
Las autoridades insisten en no dar más detalles para no entorpecer la causa, pero confirmaron que la investigación continúa con pericias complementarias y declaraciones de testigos.
El femicidio de Daiana vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de políticas públicas para proteger a mujeres jóvenes y prevenir que casos similares sigan repitiéndose en el país.
