Donald Trump anunció que a partir del 1 de noviembre de 2025 Estados Unidos impondrá un arancel adicional del 100% a las importaciones provenientes de China, sumado al impuesto vigente que ya ronda el 30%. El presidente comunicó esto en su red Truth Social y advirtió que la medida podría aplicarse antes si China toma nuevas acciones.
Además, el gobierno estadounidense impondrá controles estrictos a la exportación de todo el software crítico fabricado en el país, afectando a las empresas tecnológicas que dependen de estas ventas para mantener su ventaja global.
Esta escalada en la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo impactó fuerte en los mercados globales, con Wall Street sufriendo su peor jornada desde abril. El S&P 500 cayó 2.7%, el Dow Jones perdió 878 puntos (1.9%) y el Nasdaq descendió 3.6%, golpeando con fuerza a gigantes tecnológicos como NVIDIA y Apple.
Las tensiones comerciales han escalado tras varios intentos fallidos de acuerdos y negociaciones en Suiza y Reino Unido, donde ambas partes acordaron reducir aranceles, pero siguieron enfrentándose por el acceso a tierras raras esenciales para industrias tecnológicas.
Con esta medida, la administración de Trump parece endurecer aún más su postura frente a China, con el riesgo latente de una ruptura total en el intercambio comercial entre ambas potencias, algo que podría afectar a mercados y cadenas productivas a nivel global.
Estados Unidos busca proteger su tecnología estratégica y presionar a China para que ceda en temas comerciales y de propiedad intelectual, pero la decisión pone en alerta a los inversionistas y empresas que ya anticipan un aumento en costos y dificultades logísticas.
El anuncio llega mientras la relación Washington-Pekín sigue en tensión por acusaciones mutuas y restricciones en sectores clave, frente a un contexto económico global que corre peligro de desacelerarse si la disputa avanza sin solución.
