Andrija Mandić, presidente de la Asamblea de Montenegro y líder de la Nova Srpska Demokratija, participó hoy en un homenaje en Krnovo para recordar a más de 300 jóvenes locales ejecutados durante la Segunda Guerra Mundial.
El acto religioso fue encabezado por el metropolitano budimljansko-niškićki Metodije junto a varios miembros del clero de su diócesis. Mandić depositó una corona en memoria de estos principalmente menores de edad, que fueron asesinados en un crimen de guerra fratricida que ha marcado la historia de Montenegro.
“Más de 300 muchachos desarmados, la mayoría adolescentes, fueron fusilados solo por creer en los aliados occidentales y en la monarquía que antes de la ocupación fue su hogar”, escribió Mandić en su perfil de la red social X.
El dirigente insistió en la importancia de reparar esta herida y buscar la verdad para fortalecer la cultura de la memoria y el futuro del país. Recordó que solo uno de los ejecutados tenía descendencia, subrayando la magnitud del crimen y la pérdida generacional.
Mandić pidió que no se permita que estos restos humanos sigan olvidados en las numerosas fosas de Montenegro. “Cada cristiano tiene derecho a un funeral y a que su muerte sea recordada. No podemos dejar que sigan clamando en el silencio”, afirmó.
El homenaje busca enviar un mensaje claro de reconciliación y verdad para evitar olvidos y sanar las heridas de un conflicto fratricida que aún pesa en la sociedad montenegrina.
