El presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder ucraniano, Vladímir Zelenski, sostuvieron una llamada de cerca de 30 minutos este sábado para abordar la posible entrega de misiles de crucero Tomahawk a Ucrania, informó Axios citando a dos fuentes cercanas al tema.
Zelenski calificó la conversación como “muy positiva y productiva”, aunque no hubo confirmación de una decisión final sobre el envío de estos misiles de largo alcance.
Esta semana, Trump no descartó la opción, aunque dijo que quiere saber con exactitud “qué hacen con ellos” y “a dónde los envían” antes de dar luz verde definitiva.
De acuerdo con fuentes estadounidenses, Trump está evaluando la propuesta con cautela, consciente de las implicaciones directas en la guerra y la relación con Rusia.
Por su parte, Rusia mantiene una postura firme. El presidente Vladimir Putin advirtió que suministrar Tomahawks dañaría seriamente las relaciones bilaterales y sería una línea roja, pues usar esos misiles requiere participación directa de tropas estadounidenses.
Serguéi Riabkov, viceministro ruso de Relaciones Exteriores, reconoció que entregar esos misiles representaría un “cambio sustancial y cualitativo” en el conflicto, pero aseguró que Rusia no se detendrá en sus objetivos, y que no hay “nerviosismo” en Moscú.
“Espero que quienes están empujando a Washington hacia esa decisión entiendan la profundidad y gravedad de las consecuencias”, dijo Riabkov.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió que el envío de Tomahawks “causaría daño irreversible” a las relaciones ruso-estadounidenses, justo cuando comienzan a mostrar signos de recuperación.
El posible suministro de estos misiles llega en un momento tenso para la guerra en Ucrania y podría marcar un giro importante en la estrategia de defensa de Kiev, aunque las decisiones finales continúan en discusión.
