Opositar para profesor en Galicia se ha convertido en un proceso largo y caro que no logra cubrir todas las plazas. La última convocatoria cerró el 20 de julio con un 14% de vacantes sin cubrir.
Seguir la oposición implica invertir no solo tiempo y esfuerzo sino también una importante cantidad de dinero. Muchos aspirantes optan por academias o preparadores especializados para mejorar sus opciones, pero el coste puede superar los 5.000 euros en tres años.
Carmen Paz, que logró plaza este 2025 en Primaria en la zona de Ferrol, reconoce que opositar fue un gasto fuerte: «Me dejé cinco mil euros en tres años». Comenzó en una academia generalista, pasó a una preparadora personal y volvió a otra academia especializada, donde encontró el método que necesitaba para aprobar.
«Lo más complicado fue no pensar en el dinero que invertía y no saber si iba a conseguir la plaza», dice Paz.
El precio habitual ronda los 150 euros mensuales más matrícula y materiales, que pueden sumar más de 800 euros. Por eso, muchos opositores tienen que compaginar el estudio con un trabajo. Es el caso de Andrea Rodríguez, psicopedagoga en A Laracha, que pagó aproximadamente 5.000 euros en dos años y estudia por la mañana y trabaja por la tarde.
Cristina Fernández, logopeda en Burela, lleva dos años preparando la oposición para Audición y Lenguaje y sigue trabajando a jornada completa. Optó por una preparadora online con matrícula y material que le costaron 800 euros, y paga mensualmente 170 euros.
Alba Fernández, de Ourense, también opta a Audición y Lenguaje y se enfrenta a la escasez de preparadores específicos en Galicia. «Las academias están más orientadas a Infantil o Primaria y son más caras», señala. Además, destaca la ausencia de un temario oficial y la necesidad de estar al día en cambios de legislación, lo que complica aún más el proceso.
Las condiciones son similares en Secundaria, con academias que mantienen precios elevados y un nivel de exigencia alto.
El elevado coste y la duración de la preparación explican en parte por qué un 14% de las plazas quedan sin cubrir en Galicia, a pesar de la alta demanda. Muchos aspirantes confiesan sacrificios en su vida personal y ansiedad por la inversión hecha, mientras la necesidad de profesionales sigue creciendo.
