La Laguna ha dado luz verde definitiva para demoler el icónico pero abandonado Hotel Neptuno en Bajamar. La obra, valorada en 395.000 euros, fue adjudicada a la UTE formada por Construcciones y Excavaciones Erri-Berri SL y Construplan SLU tras competir con otras ocho empresas.
La demolición llegará después de años de trámites burocráticos y recursos legales que han paralizado el proceso. El Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 3 autorizó el acceso al inmueble para iniciar las obras, pese a la resistencia de la propiedad.
El proyecto, promovido por la Gerencia de Urbanismo, contempla retirar no solo el edificio principal sino también el complejo anexo: piscina, restaurante y 15 bungalows. Todo bajo estrictas medidas de seguridad y control técnico durante un plazo previsto de seis meses.
“Cumplimos con una demanda histórica de los vecinos que reclamaban seguridad y dignidad para este espacio costero”, afirmó el alcalde Luis Yeray Gutiérrez, subrayando el compromiso municipal para recuperar una zona abandonada desde 2019, cuando el inmueble fue declarado en ruina.
La demolición se ejecutará de forma subsidiaria, lo que implica que el coste y las obligaciones recaerán sobre la sociedad propietaria, que se negó a actuar pese a las advertencias legales. Se espera que durante las obras haya cortes de tráfico y restricciones puntuales, que se comunicarán con antelación.
“Es una actuación compleja que exige planificación y coordinación con varios departamentos municipales, pero se hará con todas las garantías técnicas y jurídicas”, precisó el concejal de Ordenación del Territorio, Adolfo Cordobés.
El Ayuntamiento adelantó que organizará reuniones con los vecinos para informar sobre el avance de los trabajos y minimizar las molestias.
Sobre el futuro del suelo, el consistorio recordó que al tratarse de propiedad privada, cualquier proyecto deberá ajustarse a la normativa urbana y ambiental vigente, incluyendo el nuevo Plan General de Ordenación y la Agenda Urbana Local.
Este paso marca el fin de un conflicto que había deteriorado la imagen y seguridad en Bajamar, donde la estructura lleva años en estado de ruina y abandono, generando riesgos para transeúntes y habitantes.
