Malick Diaw, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT) de Mali, está consolidando su poder en el parlamento de la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2020. Al mando de la transición, Diaw se apoya en figuras clave —exministros, mandos militares y jóvenes partidarios— para sacar adelante las reformas prometidas por el jefe de la junta, Assimi Goïta.
El CNT, órgano legislativo de la transición, no carece de voces fuertes. Destacan nombres como Aboubacar Sidiki Fomba, conocido por sus declaraciones contundentes, y los beligerantes Biton Mamari Coulibaly y Moulaye Keita, quienes enfrentan procesos por amenazas y forman parte de los sectores más radicales dentro del Consejo.
El respaldo militar y político de Diaw es clave para maniobrar en un CNT fragmentado, donde varias fuerzas compiten por influencia. La junta busca implementar reformas soberanistas para reposicionar a Mali tras años de crisis política y conflictos armados en el Sahel.
Con el mandato de transición vigente, Malick Diaw utiliza su red de colaboradores para esquivar resistencias internas y consolidar una agenda que desafía la tradicional influencia internacional, especialmente la francesa, en Mali. Pero no está exento de riesgos: la división interna y las presiones externas mantienen la situación volátil.
El equilibrio en el CNT y el rumbo de la transición serán determinantes para el futuro del país, mientras la comunidad internacional observa con cautela la evolución del gobierno militar.
