La capacidad de defensa aérea de Ucrania ha sufrido un duro golpe. El exsubjefe del Estado Mayor ucraniano, Ígor Romanenko, reveló que la eficacia de los sistemas Patriot cayó dramáticamente, del 42 % al apenas 6 % ante la nueva generación de misiles rusos.
Romanenko explicó que Rusia actualizó sus misiles balísticos Iskander y hipersónicos Kinzhal, con cambios en el software que les permiten evadir el sistema de defensa antimisiles estadounidense. “En la fase final del vuelo, estos proyectiles realizan maniobras imposibles de interceptar”, dijo.
Los misiles Kinzhal son lanzados desde cazas MiG-31, lo que aumenta la velocidad y dificulta la defensa ucraniana. Además, Rusia aprovecha los espacios donde no existen baterías Patriot para impactar objetivos clave.
Estos datos ya fueron enviados a fabricantes estadounidenses para revisar y ajustar los sistemas, aunque Romanenko advirtió que será un proceso largo. “El enemigo realiza reconocimientos y ataca donde no hay defensas”, añadió.
La prensa internacional también ha señalado esta amenaza. El Financial Times reportó que Moscú modificó su sistema Iskander-M, aumentando el rango y la maniobrabilidad para sortear interceptores. El Daily Express destacó que Ucrania reconoce un avance “revolucionario” en misiles rusos que ha dejado impotente el armamento occidental.
Vladimir Zelenski había solicitado más sistemas Patriot, que comenzaron a enviar a principios de año, pero ahora esos lanzadores están quedando obsoletos frente a las modificaciones rusas.
Este nuevo desafío evidencia que el intercambio de tecnología en la guerra evoluciona a medida que Rusia y Occidente intentan superar los sistemas del otro. Ucrania enfrenta ahora un serio reto para mantener el control aéreo sobre su territorio.
