El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo que considera advertir a Vladimir Putin que, si la guerra en Ucrania no termina, autorizará el envío de misiles Tomahawk de largo alcance a Kiev. Trump confirmó que habló del tema con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky en dos llamadas telefónicas durante el fin de semana, aunque todavía no ha tomado una decisión definitiva.
“(A Ucrania) le gustaría tener Tomahawk. Hablamos de eso y ya veremos. Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre los Tomahawk. ¿Quieren tener misiles Tomahawk dirigiéndose hacia ellos? No lo creo”, afirmó Trump a periodistas a bordo del avión presidencial, poco después de despegar rumbo a Oriente Medio.
El mandatario admitió que esta medida representa una escalada significativa en el conflicto. Zelensky ha pedido desde hace meses este tipo de armamento, que daría a Ucrania una capacidad ofensiva que hoy no posee. Los Tomahawk son misiles de crucero fabricados por la división Raytheon de RTX, con un alcance de hasta 2.400 kilómetros. Esto permitiría atacar objetivos dentro del territorio ruso desde suelo ucraniano, incluyendo Moscú.
Los Tomahawk vuelan a bajas altitudes para evitar radares y cuentan con un sistema de guía avanzado que les permite ajustar su trayectoria en vuelo y transmitir imágenes del objetivo antes del impacto. Son misiles con más de tres décadas de uso en conflictos como Irak, Libia y Afganistán y tienen un costo aproximado de 1,3 millones de dólares cada uno.
Actualmente, Ucrania dispone de misiles como el Neptune, con un alcance de 600 kilómetros, y otros sistemas occidentales como los ATACMS y los Storm Shadow, que no superan los 300 kilómetros. La incorporación de los Tomahawk ampliaría la capacidad para golpear instalaciones militares y logísticas rusas a gran distancia, forzando una redistribución de las defensas rusas.
Según Zelensky, el pedido formal de misiles se haría a través de una venta a países europeos que luego transferirían el armamento a Ucrania, un mecanismo ya utilizado en la entrega de armas. La decisión final será una prueba para la estrategia de la administración Trump respecto al conflicto y el nivel de riesgo que están dispuestos a asumir con Moscú.
Esta declaración llega en un momento crítico del conflicto, con tensiones crecientes entre Washington y Moscú. El posible envío de misiles Tomahawk a Ucrania podría marcar un punto de inflexión y abrir una nueva etapa en la guerra que registra graves pérdidas y desestabilización regional.
