El histórico Patio de Orive en Córdoba, joya de la arquitectura civil renacentista, fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2024 y se prepara para ser una de las sedes centrales del Festival Flora 2025.
Construido sobre restos del Circo Romano, el palacio tiene una historia convulsa. Originalmente perteneció a la familia Hoces, que vio su casa solariega destruida por Pedro I en el siglo XIV. Más tarde fue reconstruida por la familia Villalón y cumplió múltiples funciones a lo largo de los siglos, incluyendo cuartel, prisión, sede de Correos, Escuela de Artes y Oficios, atarazana municipal y un colegio francés.
El inmueble, con su imponente fachada firmada por Hernán Ruiz II, presenta un patio irregular que sorprende por su armonía pese a que ningún lado es igual a otro. La leyenda local habla de “Blanquita”, el espíritu atrapado bajo tierra por su avaricia, pero la historia real es aún más fascinante y ejemplifica la mezcla de culturas y usos que ha tenido esta edificación.
El Ayuntamiento de Córdoba compró el palacio en 1992 y tras una reforma que concluyó en 2002 se convirtió en el espacio para servicios administrativos municipales.
Destaca que este patio es un punto focal en el Festival Flora, que celebra anualmente el arte floral y la cultura local. El Patio de Orive ha ganado primer premio en 2022, segundo en 2023 y tercero en 2019 en seis participaciones, demostrando su importancia dentro del certamen.
Para el Festival Flora 2025, que se realizará pronto, se presentará la obra del artista Francisco José García Almodóvar, conocido como Ikefrana, quien este año ganó el concurso previo Patio Talento y buscará repetir su éxito en el evento principal.
Con su reciente declaratoria BIC, el Patio de Orive suma valor patrimonial a Córdoba, una ciudad que combina historia, arquitectura y cultura en un solo espacio. El festival promete transformar el patio en una galería viviente que conecta pasado y presente.
