Cada 13 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Trombosis, una jornada clave para visibilizar una de las enfermedades más letales en todo el mundo occidental pero poco conocida por la mayoría.
El día elegido recuerda el nacimiento del médico alemán Rudolf Virchow, pionero en describir científicamente la trombosis y su impacto en la salud pública.
La trombosis ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea una vena o arteria, lo que puede desencadenar episodios graves como infartos o embolias pulmonares, enfermedades que afectan fuertemente a la salud cardiovascular.
Las campañas que se realizan en todo el mundo buscan alertar sobre la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento correcto de esta condición. Promueven hábitos saludables como alimentación equilibrada, evitar el sedentarismo, controlar colesterol y presión arterial, no fumar y realizar chequeos médicos periódicos.
Además, esta fecha obliga a gobiernos y sistemas de salud a mejorar la inversión en investigación y en tratamientos accesibles para evitar muertes evitables y ofrecer atención adecuada a todos los pacientes.
En Argentina, donde las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de muerte, el mensaje es claro: la trombosis puede prevenirse con conciencia y detección precoz.
Hoy, instituciones médicas y organizaciones de salud llevan adelante charlas y campañas educativas para que la población entienda que una acción rápida puede marcar la diferencia.
