Luis “Toto” Caputo regresó esta semana de Estados Unidos tras anunciar un acuerdo financiero con Washington que incluye un swap por 20.000 millones de dólares y la compra de bonos y pesos argentinos. Sin embargo, el ministro de Economía evitó dar detalles concretos sobre los términos, condiciones o el impacto real de esta asistencia.
En una entrevista televisiva, Caputo mantuvo un tono optimista pero esquivo. Dijo que “todas las herramientas están arriba de la mesa”, pero no precisó cuáles piensa usar ni cuándo. Sobre la posibilidad de dolarizar la economía argentina, descartó la medida “al menos por ahora”, aunque después matizó y admitió que podría ser “una alternativa” dependiendo de lo que permita acelerar el crecimiento.
El ministro ratificó que el régimen de bandas cambiarias y tipo de cambio flotante seguirá vigente después de las elecciones legislativas del 26 de octubre, algo que en el contexto actual es un alivio pero sin eliminar la incertidumbre económica y social que atraviesa el país.
Caputo quiso poner en valor el aval que asegura haber recibido del mismo expresidente Donald Trump, negando que haya intervencionismo y calificando la ayuda como “la noticia más importante desde que tengo uso de razón”. También afirmó que Estados Unidos detectó “un ataque político” del kirchnerismo contra Argentina, lo que habría motivado esta ayuda. En cambio, fuentes estadounidenses interpretan que la participación del Tesoro fue para facilitar la salida de inversores que buscan escapar del riesgo argentino tras años complicados.
El ministro comparó el acuerdo con la célebre frase del entonces presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi: “whatever it takes”. Aseguró que el swap con EE.UU. no reemplaza el ya firmado con China, sino que funciona como “herramienta adicional” para sostener el plan económico impulsado por el gobierno de Javier Milei.
Además confirmó que la administración norteamericana está dispuesta a seguir comprando pesos argentinos, y adelantó que el próximo 14 de octubre, durante un encuentro entre Milei y Trump en la Casa Blanca, podría haber “un anuncio importante”.
En cuanto a la situación política local, Caputo admitió tensiones con los gobernadores y reconoció que fue un error no haberse involucrado más en la política. A la vez, insistió en que el ajuste fiscal no tiene margen de negociación: “Les decía que no me iban a sacar un mango. Nos tenés que cortar un brazo”.
De cara al futuro, evitó dar fechas o detalles sobre medidas para impulsar el crecimiento y se limitó a decir que “algo se está trabajando”. Su discurso volvió a centrarse en la fortaleza del dólar y en la necesidad de reducir impuestos y regulaciones sin mencionar los efectos sociales o sectores más golpeados por la crisis que sigue azotando a la Argentina.
