El brutal femicidio de Luna Giardina y su hija Mariel Zamudio en Córdoba por parte del uruguayo Pablo Rodríguez Laurta puso nuevamente el foco en el aumento de la violencia de género en Argentina y la falta de respuesta estatal.
El caso provocó indignación y reactivó el reclamo de organizaciones que acompañan a víctimas y familiares, como Atravesados por el Femicidio. Su fundadora, Marcela Morera, cuestionó en FM de las Misiones la inacción del Gobierno nacional y el desmantelamiento de políticas públicas clave.
“Están matando mujeres todos los días, y a veces más de una”
Morera aseguró que la decisión de eliminar el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad a nivel nacional representa un grave retroceso que termina costando vidas. Solo la Provincia de Buenos Aires mantiene su ministerio gracias a la decisión de Axel Kicillof.
La referente lamentó que el Estado se haya retirado de la prevención y asistencia, dejando a miles de familias desamparadas. Denunció que los dispositivos de alerta no funcionan adecuadamente y citó el caso de Córdoba donde la policía llegó a la casa de las víctimas, pero no ingresó pese a perder contacto con ellas.
“La policía fue hasta la casa y no entró. Ya estaban muertas. ¿A qué fueron? ¿A ver la puerta?”
Morera pidió inversión en tecnologías como pulseras duales que alertan a las mujeres cuando el agresor está cerca, pero remarcó que sin voluntad política nada se implementa. También criticó a la Justicia por falta de perspectiva de género, desestimación de pruebas y la sobrecarga de casos sin atención adecuada a víctimas y familias.
La activista habló desde la experiencia personal: su hija fue asesinada hace diez años tras una brutal golpiza mientras estaba embarazada. A pesar del dolor, mantiene la lucha para visibilizar la crisis del femicidio en el país.
Según datos de la Casa del Encuentro, en pocos días se registraron ocho femicidios en Argentina, el doble que hace una década atrás, lo que confirma que la situación empeora cada vez más.
Morera insistió que el problema crece especialmente en verano y épocas festivas, momento en el que aumentan los casos y las víctimas enfrentan un sistema judicial lento y sin comprensión de la violencia de género.
Además, alertó sobre el daño psicológico a los hijos huérfanos de femicidios, quienes quedan sin apoyo ni contención estatal.
El doble femicidio en Córdoba expone la grave crisis institucional y la falta de herramientas concretas para frenar la violencia contra las mujeres en Argentina. Mientras tanto, las vidas y familias siguen deteriorándose sin una respuesta efectiva del Estado.
