Más de 3,000 agresiones verbales y físicas a personal del Northern Ireland Ambulance Service (NIAS) se han registrado en los últimos cinco años, según datos recientes.
El aumento de ataques contra paramédicos ha generado alarma. En enero pasado, un hombre de Belfast fue condenado tras agredir a dos trabajadores de ambulancia que lo llevaron al hospital. Este caso puso el foco en la violencia creciente contra los equipos de emergencia.
Los profesionales sanitarios denuncian que la carga de trabajo, combinada con la presión social, incrementa la tensión en situaciones ya delicadas. La policía y NIAS han pedido mayor protección y sanciones más duras para los agresores, pero las cifras siguen altas.
Irlanda del Norte se suma así a la creciente preocupación en el Reino Unido por la seguridad de quienes atienden urgencias. El personal médico y de emergencias exige medidas inmediatas para frenar este repunte y garantizar que puedan trabajar sin miedo.
Las autoridades continúan estudiando formas de mejorar la protección, pero por el momento las agresiones permanecen en niveles preocupantes.
