Venezuela registró en 2021 la tasa más alta de muertes por arma de fuego en Sudamérica con 461,97 fallecidos por cada millón de habitantes. Esto equivale a casi una persona muerta de cada 2.000 habitantes, un nivel alarmante que supera con creces al resto de la región.
En el segundo y tercer puesto se encuentran Colombia, con 188,62 muertes por millón, y Brasil, con 172,13. La distancia con Venezuela es enorme, indicando que el país sigue enfrentando una crisis grave en materia de violencia armada.
En el otro extremo están Chile y Perú, con 17,22 y 22,17 muertes por millón respectivamente, cifras mucho más bajas pero que solo superan a Albania en comparación europea. Estos datos reflejan una disparidad importante dentro del continente.
Estos números provienen de un análisis global sobre mortalidad por armas de fuego publicado esta semana. La situación en Venezuela vuelve a poner en evidencia los problemas de seguridad y violencia armada que afectan al país desde hace años.
Expertos advierten que sin políticas efectivas de control de armas y mejoras en la justicia, estas cifras difícilmente mejorarán a corto plazo.
