El expresidente Donald Trump reapareció esta semana para afirmar un supuesto vínculo entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y el desarrollo del autismo en los niños, una declaración que no está respaldada por evidencias concluyentes según expertos médicos.
Trump sugirió que el uso frecuente de este analgésico podría aumentar el riesgo de que los bebés nazcan dentro del espectro autista, una hipótesis que ha circulado en algunos círculos pero que carece de validación científica sólida hasta la fecha.
Especialistas en salud pública insisten en que no existen estudios definitivos que permitan confirmar esta relación. La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psiquiatría clasifican el autismo como un trastorno complejo con múltiples causas, entre ellas genéticas y ambientales, pero no identifican al paracetamol como factor determinante.
Las autoridades sanitarias alertan contra sacar conclusiones precipitadas sobre medicamentos comunes y recomiendan consultar siempre a un médico antes de suspender tratamientos durante el embarazo.
Este tipo de afirmaciones reaparecen periódicamente en el debate público y pueden generar alarmas innecesarias. La comunidad médica mantiene la recomendación de usar paracetamol con precaución, siguiendo dosis y indicaciones profesionales, pero sin asociarlo directamente con el autismo.
En Colombia, donde el paracetamol es uno de los analgésicos más vendidos, estas afirmaciones podrían generar confusión, por lo que expertos llaman a basar decisiones en evidencia y evitar mensajes que carecen de soporte científico.
