Estados Unidos acelera su avance en sectores estratégicos de Argentina para limitar la influencia de China en la economía local y fortalecer su presencia en recursos clave.
Tras el encuentro entre Javier Milei y Donald Trump en la Casa Blanca, quedó claro que Washington apuesta a inversiones directas en minería, energía y tecnología. El rescate financiero estadounidense con un swap de 20.000 millones de dólares alimentó este interés y ahora se traduce en planes concretos para expandir su control sobre recursos críticos.
Scott Bessent, secretario del Tesoro bajo la administración Trump, aseguró en la red social X que numerosas empresas norteamericanas preparan “importantes inversiones en múltiples sectores” en Argentina si el escenario político evoluciona favorablemente. Destacó que la República cuenta con abundantes reservas de tierras raras y uranio, recursos esenciales para Estados Unidos.
En la actualidad, las mineras estadounidenses están detrás de firmas canadienses y australianas en Argentina, pero su rol crece: Estados Unidos es el tercer mayor comprador de minerales argentinos y destino del 11% de las exportaciones de litio, uno de los insumos estratégicos más disputados por su uso en tecnología avanzada y baterías.
Sin embargo, datos oficiales revelan que la participación estadounidense en las exportaciones de litio cayó un 16% en los primeros meses de 2025, frente a 2024. Washington busca revertir esto, negociando beneficios fiscales y un trato especial que el gobierno de Milei estaría dispuesto a conceder, según fuentes de La Libertad Avanza.
El interés no se limita a la minería. La fiebre tecnológica por operar centros de datos que soporten la inteligencia artificial (IA) llegó con fuerza a la Patagonia. OpenAI, creadora de ChatGPT, firmó una carta de intención con Sur Energy para invertir al menos 25.000 millones de dólares en la región. La zona es clave por sus reservas hídricas necesarias para la refrigeración de servidores.
“Esto va más allá de la infraestructura. Es poner la inteligencia artificial en manos de toda Argentina”, dijo Sam Altman, CEO de OpenAI.
Para Estados Unidos, asentarse en la Patagonia también tiene una dimensión geopolítica. La proximidad a la base satelital china en Chubut ofrecería una plataforma para monitorear esa presencia y reforzar el control norteamericano en el Cono Sur, con la mira puesta en la disputa futura por los recursos de la Antártida.
En suma, Washington intenta diversificar y asegurar sus fuentes de materias primas, disminuir su dependencia de China y posicionarse en sectores críticos para la alta tecnología. Argentina aparece como una pieza central en esta estrategia por su riqueza en litio, tierras raras y uranio, además de su agua dulce y clima propicio para alojar infraestructura tecnológica avanzada.
El desafío para Milei será atraer y consolidar estas inversiones sin perder soberanía y con capacidad de negociación, en un contexto donde la influencia china sigue siendo fuerte y donde EE.UU. busca revertir la balanza.
