Víctor Romo, diputado local de Morena, presentó esta semana en el Congreso de la Ciudad de México una iniciativa para crear una figura legal que proteja a los árboles patrimoniales de la capital.
Actualmente, señaló Romo, no existe un marco jurídico que defienda estos ejemplares frente a obras, omisiones o daños intencionales. Aunque la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) cuenta con el programa “Árboles Patrimoniales / Guardianes del Tiempo”, esta protección es solo administrativa y depende de la disposición del momento.
“El esfuerzo de Sedema necesita fuerza de ley, para que el cuidado de estos árboles no dependa de la buena voluntad, sino de reglas claras y permanentes”, explicó Romo ante el pleno.
La iniciativa busca reconocer como árboles patrimoniales a los ejemplares que, por su edad, especie, tamaño, estado o valor histórico y cultural, merecen protección prioritaria. Actualmente, la CDMX cuenta con 12 árboles declarados patrimonio natural, la mayoría ahuehuetes de más de 700 años, y se manejan 60 nominaciones ciudadanas en proceso.
Entre las medidas propuestas está la creación de un catálogo público con datos abiertos administrado por Sedema, donde se incluirán fichas técnicas y planes de manejo accesibles para toda la ciudadanía.
Además, se contempla una inscripción precautoria que suspende por hasta 90 días cualquier obra o actividad que pueda dañar un árbol mientras se evalúa si debe recibir protección legal. También se delimitará una zona de resguardo alrededor del árbol, donde estarán prohibidas acciones como excavaciones, compactación del suelo o podas sin permiso explícito.
Romo aclaró que toda licencia o permiso relacionado con árboles patrimoniales deberá contar con una aprobación ambiental específica, incluyendo protocolos estrictos para garantizar su resguardo durante obras.
La iniciativa busca añadir certeza jurídica para proteger estos íconos naturales, evitando que queden expuestos a intereses inmobiliarios o proyectos sin controles claros.
Con esta propuesta, Morena da un paso formal para reforzar la conservación del patrimonio natural de la capital, un tema que cobra relevancia en la protección del medio ambiente urbano y la identidad local.
