Labour ha presentado un plan para acabar con el desempleo juvenil a largo plazo en Reino Unido ofreciendo empleo pagado a jóvenes entre 18 y 24 años que llevan 18 meses sin trabajo ni formación.
La nueva “Youth Jobs Guarantee”, impulsada por Rachel Reeves, ministra de Economía del Partido Laborista, promete una plaza remunerada para quienes estén en esa situación y amenaza con cortar beneficios si se rechaza sin “buena razón”. Reeves la ha bautizado como “el fin del desempleo juvenil de larga duración”.
Pero expertos y organizaciones que trabajan con jóvenes advierten que el plan no solucionará las causas profundas del problema si se basa en sanciones más que en apoyo real. Pat McFadden, ministro de Trabajo laborista, dice que el empleo juvenil es su “primera prioridad”, pero voces del sector piden ir más allá.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), hay casi 948,000 jóvenes entre 16 y 24 años que no están ni en educación ni trabajando (NEET), un número que preocupa al Gobierno. Sin embargo, muchos de esos jóvenes afrontan barreras como problemas de salud mental, falta de vivienda estable o responsabilidades familiares, no falta de voluntad.
Laura-Jane Rawlings, CEO de Youth Employment UK, sostiene que esperar a los 18 meses para intervenir es demasiado tarde.
“Los jóvenes en esa situación suelen tener múltiples obstáculos. El apoyo debe ser continuo y adaptado, no solo una garantía que hace cumplir reglas,”
dice.
Rawlings advierte sobre el “daño a largo plazo” que ya puede empezar seis meses después de estar sin empleo o formación, señalando que la clave está en actuar antes para evitar que el desempleo cronifique.
Por su parte, Felicia Mattis-Rome, CEO de Business Launchpad y ex gestora de casos de desempleo, critica el uso de sanciones para forzar la reincorporación laboral.
“Más que motivar, las sanciones agravan la situación y minan la confianza,”
apunta. Para ella, la garantía debe ser flexible y permitir excepciones para quienes enfrentan problemas como cuidado de hijos o transporte.
Mattis-Rome y Rawlings coinciden en que el éxito del plan depende también del compromiso de los empleadores, quienes necesitan capacitación y recursos para asumir estos puestos temporales y convertirlos en oportunidades duraderas.
El plan se presenta como parte de un ambicioso programa de reactivación juvenil llamado “Get Britain Working”, pero algunos analistas como Tom Richmond, director del think tank EDSK, califican la garantía como “una envoltura para iniciativas ya existentes” y predicen que solo ayudará a una minoría del total de jóvenes sin empleo.
La garantía de empleo pagado para jóvenes en Reino Unido puede ser una oportunidad si se centra en apoyar y formar en lugar de castigar. Sin embargo, el reto real será cómo el Gobierno laborista logrará conectar con los jóvenes más vulnerables y justificar los recursos en una crisis laboral de larga data.
