José Luis Ábalos compareció hoy ante el Tribunal Supremo y se acogió al silencio en medio del avance del caso Koldo, la investigación por presunta corrupción vinculada a contratos públicos desde el Ministerio de Transportes.
El exministro, actualmente diputado del Grupo Mixto, rompió con su abogado 48 horas antes de la citación y rechazó declarar. La sesión, tensa y corta, duró cerca de 40 minutos. Ábalos se definió a sí mismo como “indefenso” al ser interrumpido por el juez instructor, Leopoldo Puente, que le exigió aclarar si iba a declarar.
El origen del traslado ante el Supremo es un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que detalla desembolsos en metálico por 95.437 euros atribuidos al exministro, que presuntamente no fueron declarados. Parte de ese dinero circuló en sobres con membrete del PSOE, apuntando a una caja B paralela durante su etapa como secretario de Organización socialista.
La Fiscalía Anticorrupción, encabezada por Alejandro Luzón, confirmó que los indicios contra Ábalos se han reforzado tras este nuevo informe, pero descartó pedir prisión preventiva. De momento, mantiene las medidas cautelares: prohibición de salir del país, retirada del pasaporte y obligación de acudir quincenalmente al juzgado.
Sin embargo, las acusaciones populares, lideradas por el Partido Popular, pidieron la prisión inmediata o, en su defecto, una fianza elevada de 650.000 euros. Argumentan riesgo de destrucción de pruebas y la gravedad del caso para justificar su petición.
Según fuentes judiciales, Ábalos y su antiguo asesor, Koldo García, empleaban un lenguaje cifrado en sus conversaciones interceptadas para referirse a dinero en metálico usando términos como “chistorras” (billetes de 500 euros) o “lechugas” (billetes de 100 euros), presuntamente para ocultar la procedencia ilícita de fondos.
Este episodio recuerda la comparecencia del 23 de junio, cuando Ábalos también rechazó declarar y la Fiscalía logró evitar la prisión preventiva. Un contexto que contrasta con la situación de su sucesor en la Secretaría de Organización del PSOE, Santos Cerdán, encarcelado hace semanas.
Ábalos llegó al Supremo en taxi, sin su abogado de confianza y enfrentando la que podría ser la etapa más dura de su carrera política y judicial. El fallo del juez Puente sobre las medidas cautelares se espera en los próximos días. Mientras tanto, el caso Koldo sigue erosionando al PSOE y tensando la política nacional.
