Este sábado 11 de octubre, un recién nacido fue dejado en una “caja bebé” en Amberes, Bélgica, marcando el segundo caso en apenas tres meses. Estas cajas permiten a madres en situación de vulnerabilidad entregar a sus hijos anónimamente y de forma segura, una medida que evita riesgos mayores y facilita la atención inmediata del bebé.
El dispositivo funciona mediante una trampilla en la que se introduce al bebé en un “cocón” acolchado. Está equipado con alarmas y cámaras conectadas al hospital cercano para alertar al personal al instante. Tras la entrega, se ofrece a la madre la posibilidad de identificarse más adelante si lo desea.
Desde que se instaló la primera caja en Amberes en el año 2000, 21 bebés han sido dejados allí. En agosto, una niña abandonada en la caja fue bautizada como Nina por la alcaldesa Els van Doesburg, quien se convirtió en su tutora legal. Este sistema recuerda las antiguas “torres de abandono” medievales, pero con una infraestructura moderna y controles modernos.
Actualmente, esta práctica está extendida en Europa y existe en al menos once países, incluyendo Bélgica, Croacia y Hungría. Aunque en Francia no funcionan estas cajas, el sistema de “acogida bajo X” permite que madres anónimas den a luz y posteriormente den en adopción a sus hijos.
Mientras tanto, en Amberes, la comunidad y las autoridades defienden este método como una solución práctica que salva vidas al ofrecer a madres con dificultades una opción confidencial y segura, evitando el abandono peligroso en la vía pública o en condiciones de riesgo.
Estas cajas, aunque polémicas para algunos, representan un respaldo clave para evitar tragedias mayores y garantizar que los recién nacidos sean rápidamente atendidos y puestos en familia de acogida.
