Las carreteras españolas están en su peor estado en la historia reciente, según un estudio de la Asociación Española de la Carretera (AEC).
Más de la mitad de la red interurbana, un 52%, presenta graves deficiencias que requieren intervención en menos de cuatro años. Esa cifra significa que los conductores se topan cada día con tramos llenos de grietas y baches que afectan la seguridad y el confort de los desplazamientos.
El informe advierte que la falta de mantenimiento pone en riesgo la integridad de las vías y puede incrementar el número de accidentes. Además, el deterioro impacta en el coste económico para usuarios y empresas debido a los daños que sufren vehículos y la ralentización del tráfico.
Este problema afecta a rutas de todo tipo, tanto viajes largos como desplazamientos cortos, y se ha ido agravando sin que se hayan aplicado soluciones contundentes a tiempo.
La AEC insiste en la necesidad de un plan urgente y ambicioso de rehabilitación para evitar que las infraestructuras se sigan degradando. El plazo de cuatro años para las reparaciones urgentes marca un límite crítico para frenar el daño.
Usuarios, expertos y autoridades coinciden en que la inversión en mantenimiento es clave para mejorar la seguridad, reducir costes y conectar mejor las zonas urbanas e interurbanas.
Por ahora, los conductores deben extremar la precaución en muchos tramos donde la carretera ya no absorbe ni siquiera las irregularidades básicas del terreno.
