El secretario de Agricultura y Ganadería de Santa Fe, Ignacio Mántaras, salió a criticar la medida del Gobierno nacional que elimina las retenciones a todos los granos hasta el 31 de octubre. El anuncio del vocero presidencial Manuel Adorni, apunta a acelerar la liquidación de divisas para reforzar las reservas del Banco Central, pero genera más problemas que soluciones en el sector agropecuario.
Mántaras señaló que la eliminación temporal no responde a una política de fondo, sino que es una maniobra coyuntural, “puramente recaudatoria y cambiaria”. Además, la calificó como una iniciativa electoral “de corto plazo” que desordena las cadenas productivas.
“El que vendió la semana pasada lo hizo con un precio distinto, y el que retuvo granos ahora tiene un beneficio inesperado. Es un ‘hot sale’ de 30 días que distorsiona el mercado”
El funcionario provincial explicó que esta medida genera desigualdad entre productores, porque no todos están en la misma situación: algunos ya vendieron a precios anteriores y otros acumularon granos esperando mejores condiciones. Esto, dijo, afecta no solo al sector agrícola, sino también a la avicultura, la porcinocultura, la ganadería y la industria láctea.
Hace meses, recordó Mántaras, el propio presidente había prometido un esquema permanente de reducción de retenciones, que motivó ventas bajo esas pautas de mediano y largo plazo. “Los productores piden señales claras y estables, no medidas transitorias para salir del apuro cambiario”, afirmó.
En línea con el gobernador Maximiliano Pullaro, el secretario insistió en que la eliminación de retenciones debe ser progresiva, planificada y sostenible, no un parche para “apagar incendios con el campo como matafuego”. Comparó la falta de una política clara con modelos agroindustriales de Brasil, Uruguay y Paraguay.
“El Gobierno solo busca los dólares del campo, sin importar cómo se generan, y eso desalienta la producción y la inversión”
La reacción desde Santa Fe refleja el malestar en el sector ante una medida que muchos ven como improvisada e irresponsable, que aunque busca solucionar un problema urgente, destruye previsibilidad y genera tensiones internas en la cadena agroindustrial argentina.
