The Economist lanzó un duro llamado de alerta sobre la situación de Colombia a poco más de dos años para las presidenciales de 2026. El medio británico advierte que el país está “al borde del abismo” por una crisis fiscal inminente y una polarización política que amenaza la estabilidad social y económica.
La migración masiva de ciudadanos colombianos, impulsada por la inseguridad y problemas económicos, suma presión a un gobierno que aún lucha por reconstruir la confianza ciudadana. Según The Economist, la próxima administración enfrentará la urgente tarea de cerrar las divisiones políticas profundas y garantizar seguridad sin caer en errores que han marcado el pasado reciente.
“Un colapso fiscal espera al próximo presidente”, dice el análisis, advirtiendo que las finanzas públicas están al límite y requieren medidas inmediatas para evitar un derrumbe económico.
El informe resalta que la deuda pública y el déficit presupuestal llegan a niveles críticos, dificultando una gestión que pueda cumplir con las demandas sociales y las expectativas de una ciudadanía cansada de la crisis económica y social.
Esta advertencia llega en un contexto donde el presidente Gustavo Petro ha implementado reformas ambiciosas, pero que no han logrado calmar las tensiones ni frenan la emigración creciente. La división entre fuerzas políticas y sociales se acentúa, mientras los retos económicos se agravan.
Con la próxima elección presidencial a la vuelta de la esquina, la carrera por la Casa de Nariño se plantea en medio de un escenario complejo: el país debe evitar repetir errores anteriores y encontrar un rumbo para estabilizar su economía y sociedad.
Entre los principales desafíos destacan la seguridad, la reducción del déficit fiscal y el freno a la migración masiva. La responsabilidad recae sobre el próximo mandatario, cuya administración deberá manejar con cuidado las reformas y políticas para evitar un colapso generalizado.
En síntesis, The Economist pinta un panorama sombrío para Colombia, con el llamado explícito a superar la polarización y construir confianza, claves para evitar que el país se precipite hacia una crisis estructural profunda.
