El juicio por la desaparición y presunto asesinato de Delphine Jubillar sigue su curso desde el 22 de septiembre en la corte penal de Tarn, en Albi. Acusado de matar a su esposa, Cédric Jubillar, pintor plaquiste de 38 años, afronta cuatro semanas de audiencia que han sacado a la luz la compleja vida privada de la pareja y múltiples contradicciones.
Cédric se mantiene impasible en el box de los acusados, negando rotundamente los cargos. “No maté a Delphine, es la madre de mis hijos, siempre la amaré”, declaró durante su interrogatorio el 10 y 13 de octubre. A lo largo del proceso, el acusado se ha mostrado cómodo bajo los focos, admitiendo ser una persona “extravagante” y de carácter fuerte.
El proceso ha revelado una relación marcada por tensiones y desprecios. Testigos próximos a Delphine describieron un ambiente donde, aunque no hubo violencia física documentada, Cédric la humillaba verbalmente. Su hermana y otros familiares detallaron insultos y menosprecios constantes hacia la mujer.
La audiencia ha también puesto sobre la mesa la versión de los hijos del matrimonio, quienes a través de cartas y testimonios narran episodios de maltrato emocional, golpes y una infancia marcada por la violencia. Louis, el hijo mayor, escribió: “Creo que papá le hizo daño a mamá”. Su abogada ha tomado estas declaraciones para llevarlas al centro del juicio.
Un punto inquietante durante el proceso fue el análisis de la actividad telefónica de Cédric la noche en que desapareció Delphine. Tras despertar y notar la ausencia de su esposa, intentó llamarla cuatro veces y alertó a la gendarmería 20 minutos después. Sin embargo, mientras buscaba respuestas, navegó en plataformas como Leboncoin, algo que la acusación considera sospechoso.
Un supuesto giro ocurrió al presentarse un listado de llamadas que vinculaba al teléfono del amante de Delphine con una ubicación cercana a su casa la noche de la desaparición, pero la pista fue descartada tras un error policial admitido por los investigadores.
En la sala, la madre de Cédric ha mostrado su lado más vulnerable al declarar como parte civil en representación de los nietos, demandando justicia. Su presencia no es común en casos así y ha conmocionado a todos.
Durante estos días también han desfilado ex parejas de Cédric y personas de su entorno, quienes describen una personalidad difícil y una relación con tintes oscuros. Algunos relatos llegaron incluso a rozar teorías conspirativas, subrayando la extraña fascinación que genera esta causa.
El juicio concluirá con el veredicto este viernes 17 de octubre, cinco años después de la desaparición de Delphine, cuyo cuerpo nunca fue encontrado. La ausencia de pruebas concluyentes hace que el desenlace sea incierto y el tribunal deberá decidir si las evidencias circunstanciales y testimonios bastan para una condena.
Mientras tanto, el caso ha movilizado la opinión pública y reavivado el debate sobre violencia doméstica y presunción de inocencia en Francia.
