La economía del Reino Unido creció apenas un 0,1 % en agosto, según datos publicados esta mañana por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), evidenciando una desaceleración preocupante después de un primer semestre más dinámico.
El informe revela que sectores clave como la construcción registraron una caída del 0,3 % en agosto, afectando el desempeño general. Mientras tanto, el sector servicios, que representa cerca del 80 % del valor añadido bruto, mostró cero crecimiento mensual aunque avanzó un 0,4 % en el trimestre. La producción industrial también retrocedió un 0,3 % en el trimestre, pese a crecer en agosto, incrementando las dudas sobre el alza de costes y la moderación de la demanda.
Rachel Reeves, ministra de Hacienda, queda expuesta a nuevas críticas en medio del mandato del Partido Laborista, cuyo eje principal es acelerar el crecimiento económico. Los datos corregidos indican además que en julio la economía tuvo una contracción del 0,1 %.
“El crecimiento económico aumentó ligeramente en los últimos tres meses. El crecimiento de servicios se mantuvo estable, mientras que la producción tuvo un impacto menor en la economía de lo previsto”, explicó Liz McKeown, directora de estadísticas económicas de la ONS.
El Reino Unido disfrutó de un avance del 1 % en la primera mitad del año, pero expertos advierten que gran parte del gasto e inversión fueron adelantados al comienzo del ejercicio por temor a la introducción de tarifas tras la llamada “Liberation Day” en abril. Las previsiones apuntan a que el estancamiento continuará en los próximos meses.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó al alza su pronóstico para el crecimiento en 2025, pero redujo las expectativas para 2026, citando el aumento paulatino de aranceles y la vulnerabilidad del Reino Unido frente a una posible ruptura en el comercio con Estados Unidos. Además, advirtió que el crecimiento del PIB per cápita británico será el más bajo entre los países del G7.
La perspectiva viene acompañada de un ambiente de incertidumbre entre las empresas, que temen que las próximas subidas de impuestos –potencialmente hasta £30.000 millones en el Presupuesto de noviembre– frenen la inversión y la actividad económica. El Instituto de Finanzas Públicas (IFS) asegura que la ministra Reeves debería dejar más margen fiscal para evitar nuevas alzas futuras.
Barclays también advirtió que la única forma de sostener las finanzas públicas y reactivar el crecimiento es reducir la inflación y cumplir con las reglas fiscales.
Un portavoz del Tesoro defendió que el Gobierno está comprometido a mejorar la economía al apoyar a negocios locales, invertir en infraestructuras y eliminar trabas burocráticas para estimular la construcción y la actividad comercial.
