Yaël Braun-Pivet, presidenta de la Asamblea Nacional francesa, lanzó este miércoles un llamado a aumentar la fiscalidad sobre las herencias, a un día de que el gobierno presente el proyecto de ley de finanzas 2026.
En una entrevista en France 2, Braun-Pivet criticó duramente la lógica tradicional de la transmisión patrimonial, describiéndola como un “truc qui tombe du ciel“, es decir, un “dinero que cae del cielo”, y sentenció que “à un moment, ça suffit“.
La dirigente no presentó un proyecto concreto, pero insistió en la necesidad de abrir un “véritable débat national” para revisar la fiscalidad sucesoria, argumentando que la circulación de la riqueza “ne se fait pas bien dans notre pays et ce n’est pas sain“.
El sistema actual en Francia ya es uno de los más gravosos de Europa para los herederos, con impuestos que pueden alcanzar hasta el 60%. Aun así, Braun-Pivet denuncia que sigue siendo insuficiente para corregir las profundas desigualdades y la acumulación de riqueza.
Esta intervención ha sacudido el debate político. En las redes sociales, cientos de franceses critican la idea, acusándola de castigar el esfuerzo y los ahorros de generaciones enteras. Muchos consideran que endurecer aún más estos impuestos equivale a un despojo injusto, especialmente para herederos modestos.
En el ámbito político, la salida de Braun-Pivet genera inquietud dentro de la mayoría presidencial. La postura, sin propuestas claras, alimenta sospechas de maniobras políticas a pocos días de que se debata el presupuesto. La fractura sobre la política fiscal al interior del gobierno se mantiene abierta.
Especialistas en fiscalidad señalan que, aunque la intención es llamar la atención sobre las desigualdades, el aumento de impuestos a herencias podría chocar con la resistencia social y la posibilidad que tienen los más ricos de esquivar el sistema vía optimizaciones legales.
Por ahora, Braun-Pivet mantiene que no es cuestión de reformar apresuradamente con un simple enmienda, sino de convocar a un debate profundo sobre un sistema que considera “malsain”.
El anuncio se produce en un contexto complicado para el gobierno, que busca nuevas fuentes de ingresos sin aumentar la presión fiscal sobre la población ya fatigada. Según encuestas recientes, una mayoría de franceses prefiere una reducción y no un endurecimiento de estos impuestos.
El debate sobre la sucesión vuelve al primer plano. Con el presupuesto 2026 en puerta, la idea de Braun-Pivet pone sobre la mesa el questionamiento de un sistema fiscal sensible y polémico.
