El flamante gobierno de Sébastien Lecornu, nombrado este domingo, está en alerta máxima este jueves. Dos mociones de censura, una presentada por La France insoumise (LFI) y otra por el Rassemblement national (RN), serán debatidas y votadas en la Asamblea Nacional a primera hora. Este es el último escollo antes de que comience la discusión presupuestaria.
El debate se inicia a las 9:00 con una discusión conjunta de ambas mociones que durará cerca de dos horas y media. Luego se pasará al voto: treinta minutos para cada texto. La izquierda unida a la extrema derecha, con aportes de diputados ecologistas y comunistas, respaldarán la moción de LFI, mientras que la derecha nacionalista de Marine Le Pen defiende la suya.
Sin embargo, pese a la confluencia inesperada entre extremos, ninguna de las dos mociones alcanzará el umbral de 289 votos necesario para tumbar al gobierno. El Parti socialiste (PS) ha decidido alinearse y no apoyar ninguna de las mociones tras conseguir la suspensión temporal de la reforma de las pensiones anunciada por Lecornu. Su líder, Olivier Faure, pidió disciplina interna, aunque se prevén disidencias.
Al menos seis diputados socialistas, incluyendo voz de ultramar, han anticipado su voto a favor de censurar al gobierno, por desacuerdo en justicia fiscal y poder adquisitivo, puntos que según ellos no se abordan en la política del Ejecutivo. Pero el rechazo global parece asegurado.
Marine Le Pen dijo: «Creo que faltan unos pocos votos y que la sensatez puede volver a algunos»
La líder del RN, Marine Le Pen, defenderá esta mañana la moción de su grupo y de sus aliados ciottistas, solicitando la disolución de la Asamblea para «salir del callejón sin salida» en que se encuentra el país. Algunos diputados de los Républicains y del grupo independiente de Thierry Solère podrían apoyar la censura, haciendo la votación más reñida.
La tensión es palpable ante una mayoría parlamentaria frágil. Una vez superado este filtro, el gobierno podrá iniciar el examen del presupuesto 2026. El ministro de Economía presentó el proyecto al Consejo de Ministros el martes y la comisión de Finanzas lo analizará desde el lunes. En el hemiciclo, la batalla será dura, sin uso del polémico artículo 49.3, como se comprometió Lecornu.
Aurélie Trouvé, portavoz de LFI, advirtió que la suspensión de la reforma de jubilaciones es un «engaño» y llamó a los socialistas a reconsiderar su posición. Recordó que en el debate anterior, durante la moción contra el gobierno Bayrou, hubo ocho diputados socialistas que desafiaron la disciplina de partido.
El año pasado, ese voto llevó a la caída del Primer ministro François Bayrou, el segundo desde la disolución de 2024, tras Michel Barnier. Ahora, el gobierno Lecornu camina con paso firme pero frágil, enfrentando una izquierda dividida, una derecha nacionalista agresiva y un centro que se resiste a ceder.
