Australia y Estados Unidos preparan la producción conjunta de misiles guiados en una nueva planta en Newcastle, Australia, que empezará a operar antes de fin de año.
La instalación, ubicada en Williamtown cerca de la base aérea RAAF, tendrá capacidad para fabricar hasta 4,000 unidades anuales. El proyecto forma parte de un programa industrial australiano para desarrollar un arsenal soberano de municiones guiadas y explosivos.
El gobierno de Anthony Albanese destinó 21,000 millones de dólares australianos en la próxima década para respaldar esta iniciativa. La planta funcionará en colaboración con la fuerza aérea australiana, el Departamento de Defensa estadounidense y el gigante Lockheed Martin.
El ministro de Industria de Defensa, Pat Conroy, confirmó que la fábrica empezará con la producción de lanzaderas multipropósito GMLRS (sistemas de cohetes guiados) y misiles de precisión PrSM con alcance superior a 500 km. Para 2027 se construirá un segundo centro para fabricar misiles Naval Strike y Joint Strike en alianza con Kongsberg Defence Australia.
Conroy insistió en Sky News que, frente a la escasez mundial de misiles provocada por el contexto estratégico internacional, Australia mantendrá en su poder “varias centenas” de misiles por año para sus Fuerzas Armadas (ADF) y exportará el resto a aliados cercanos.
“Se trata de reforzar la seguridad de Australia al dotar a su ejército de capacidad de ataque a larga distancia y apoyar la defensa de nuestros socios globales,”
dijo Conroy.
La declaración coincide con la inminente visita del Premier Albanese a la Casa Blanca para reunirse con el presidente estadounidense, Donald Trump, el 20 de octubre, enfocada en estrechar la cooperación bilateral en materia de defensa.
Así, Australia avanza en la construcción de una cadena soberana e interoperable de armamento avanzado, fortaleciendo su posición regional frente a crecientes tensiones en Asia-Pacífico.
