Ayer la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados aprobó una serie de nuevos impuestos que comenzarán a aplicarse en 2026, aunque el Gobierno federal insiste en que no habrá reforma fiscal durante el sexenio.
Los nuevos gravámenes se suman a otros impuestos especiales ya programados para productos de consumo popular, lo que impactará directamente el bolsillo de los mexicanos. La medida aún requiere la confirmación del Senado para entrar en vigor.
La bancada de la 4T impulsó la iniciativa con argumentos de aumentar recursos para programas sociales y fortalecer la recaudación ante futuros retos económicos. Sin embargo, la oposición advierte que la población y el sector productivo cargarán con el costo de esta “ola de impuestos”.
Hasta el momento, el Gobierno ha negado públicamente la intención de concretar una reforma fiscal durante este sexenio, pero en los hechos se aprobaron nuevos gravámenes que podrían agravar la carga tributaria.
Se esperan más detalles sobre qué productos específicos serán afectados y el impacto financiero total una vez que el Senado discuta y vote la propuesta. La discusión fiscal se anticipa compleja y con fuertes debates en ambas cámaras.
Este paquete impositivo forma parte del plan del Ejecutivo para incrementar ingresos sin modificar la estructura tributaria general pero añade impuestos sectoriales que afectan artículos cotidianos.
La expectativa es que estos cambios entren en vigor el 1 de enero de 2026, si los acuerdos legislativos se mantienen firmes.
