Estados Unidos enfrenta un nuevo riesgo en su crisis de opioides con la aparición de los nitazenos, drogas sintéticas hasta 10 veces más potentes que el fentanilo. Estos compuestos, con un núcleo químico llamado benzimidazol, han provocado un aumento preocupante en intoxicaciones y muertes.
Los nitazenos son una clase emergente dentro de las sustancias psicoactivas, considerados aún más peligrosos que el fentanilo, que a su vez ha sido el principal causante de la crisis sanitaria en EE.UU. desde hace años. Su potencia extrema multiplica el riesgo de sobredosis fatales incluso en dosis pequeñas.
Especialistas alertan que el aumento de estos opioides sintéticos puede agravar la situación, ya crítica, generando un impacto mayor en la salud pública. Las autoridades médicas y de seguridad mantienen vigilancia estricta, pero la rápida proliferación de los nitazenos dificulta el control.
Este desarrollo se suma a las advertencias hechas hace medio siglo sobre los riesgos de nuevas drogas sintéticas potentes. Hoy, esas previsiones cobran fuerza ante la creciente ola de muertes vinculadas a estos compuestos.
En México, a pesar de que el foco principal sigue en el tráfico de fentanilo, los expertos llaman a mantener alerta ante la posible llegada o circulación de nitazenos, dado el libre tránsito de drogas por la frontera con Estados Unidos y el riesgo para la población.
Las cifras exactas aún no están claras, pero ya se identificaron múltiples casos de intoxicación en estados fronterizos y centros urbanos. Los especialistas recuerdan que no hay antídotos específicos para estos opioides y que la prevención y tratamiento inmediato son clave para salvar vidas.
